Alineación:
La estrategia es la columna vertebral de la construcción del futuro de una compañía. Es la que debe definir qué se hace, cómo y porqué y todas las áreas de la compañía deben alinearse a ella. Por ejemplo, no tiene sentido que si la estrategia de la compañía define la innovación y el desarrollo de nuevos productos como ventaja competitiva, las áreas de mercadeo y ventas se enfoquen en promocionar y vender los mismos productos de siempre; y que el área financiera no entienda que es necesario invertir recursos en Investigación & Desarrollo, etc.
La estrategia debe ser como una gran sombrilla para todas las áreas de la empresa y todos deben enfocar sus esfuerzos a mantenerse alineados a ella.
Liderazgo:
Si sólo una de las áreas de la compañía no está alineada a la estrategia y sus actividades del día a día no ayudan en la construcción de lo definido, ésta fracasará. La cadena se rompe por su eslabón más débil, por eso es fundamental asegurarse que todas las áreas tengan una responsabilidad en la construcción de la estrategia y ésta sea clara y esté comunicada a todos dentro de la compañía.
El seguimiento periódico, la medición de indicadores de desempeño y la corrección constante del rumbo de la ejecución son actividades que ayudan a que la alineación de la estrategia se mantenga a lo largo del tiempo; la responsabilidad de que estas actividades se lleven a cabo es de la alta dirección.
Estar alineados a la estrategia no sólo significa que las actividades de cada área siguen sus lineamientos, también significa que cada área se preocupa, al relacionarse con las demás, por entregar la información y los recursos que necesitan. Por ejemplo, si uno de los factores claves para el éxito de la estrategia es el conocimiento del mercado, no sólo el área de ventas es responsable de retroalimentar sobre clientes y competidores, también el área de mercadeo al analizar las estadísticas del mercado, el área de compras al recopilar información valiosa que los proveedores tienen, etc.
Que la información generada se comparta y se use en beneficio de la compañía es responsabilidad de la alta dirección.
Implementación:
Siendo la implementación de la estrategia un proceso que lleva varios años normalmente, es fundamental mantener un seguimiento y evaluación permanente, para esto se establecen indicadores de desempeño.
Es de vital importancia que al construir los indicadores de cada área, estos no vayan en contravía de los indicadores de otras áreas o del objetivo final de la estrategia (aunque no parezca, es más común de lo que se cree). Al finalizar la planeación de la estrategia, es de gran utilidad construir el árbol de indicadores para asegurarnos que hay una correlación y coherencia entre los indicadores de todas las áreas alrededor de la estrategia.
Comunicación:
Otro aspecto fundamental para mantener la alineación de la estrategia a lo largo y ancho de la compañía, es la comunicación. La comunicación de la estrategia debe iniciar desde antes de su planeación, durante la misma y en especial a lo largo de su ejecución. Es importante que toda la compañía entienda la relación entre las pequeñas acciones del día a día y los objetivos macro de la estrategia, y para ello deben estar claros dichos objetivos
Conclusión:
La estrategia define lo que para la compañía será el éxito y cómo llegará allí. Si todas sus áreas no entienden esto y actúan en sincronía, habrá un gran desperdicio de recursos, malestar entre las diferentes áreas y una permanente tensión que pondrán en riesgo el éxito de la estrategia.
Lamentablemente, más que factores externos, son los obstáculos internos que sí podemos controlar, como la falta de alineación, los que hacen que una estrategia fracase.
En Wise Advice combinamos la consultoría para definir la estrategia y los planes para implementarla, y la mentoría para asegurar la ejecución y alineación de todas las áreas de la compañía.